Bueno, ya te contactaste con la escort Vip de recoleta que necesitas para que tu paso por Buenos Aires sea inolvidable. Hay un paseo que no se puede obviar.
Es a un cementerio que poco tiene de tenebroso. Carga con un peso histórico tal que es como si el más grande y mejor libro sobre historia argentina se abriera ante tus ojos.
No en vano está incluido en todos los tours de la ciudad para turistas. Y todos quienes lo visitan salen maravillados. Es un atractivo insoslayable de “La Reina del Plata”, que encaja perfectamente con la hiper ecléctica arquitectura de la ciudad. Porque es, como también se ha definido a la propia capital, es “un museo arquitectónico a cielo abierto”.
Y detrás de cada uno de ese conjunto de esos verdaderos monumentos funerarios, se esconden jirones constitutivos de la historia nacional.
Era otro mundo, era otro país
Sin duda, la actitud ante la muerte ha variado con el tiempo. Y en el cementerio de La Recoleta podemos ver una forma peculiar de enfrentarla. Vista con nuestros ojos contemporáneos, nos deja perplejos.
Esta impresionante necrópolis es un testigo de los días en los que había otro trato hacia los que morían. Cuando en las capas sociales más altas, el “buen nombre y honor” de los vivos era tan importante como el de los muertos.
Así fue como el “Cementerio del Norte” se convirtió en un “barrio” de difuntos. Y al principio tan exclusivo como el de los habitantes que lo rodeaba. Era un lugar que sostenía las diferencias sociales circundantes, con la desmesura de mausoleos y monumentos. Las familias ricas de Buenos Aires se establecieron en esta zona al norte de la ciudad, huyendo de la epidemia de fiebre amarilla de 1871.
Aunque el cementerio se había establecido en 1822, el gobernador de Buenos Aires, Martín Rodríguez, y su ministro Bernardino Rivadavia, decidieron que los muertos más importantes de la ciudad dejaran de ser sepultados en las iglesias.
Se instaló en donde había funcionado la orden de los monjes “recoletos descalzos”, una congregación que llegó allí a principios del siglo XVIII. Por eso el nombre del cementerio y del barrio.
Luego sufrió varios años de abandono. Hasta que el Intendente de la ciudad de Buenos Aires, Torcuato de Alvear, ordenó en 1880 su remodelación. Se hizo con calles pavimentadas, un muro exterior y un gran pórtico de ingreso. Pronto empezaron a llegar los monumentales panteones familiares y bóvedas de las personalidades más importantes de la ciudad.
Tu y una escort Vip de Recoleta en un viaje al pasado
El elegantisimo barrio de Recoleta, que alberga a la necrópolis, tiene su origen en el reparto de tierra que el conquistador español y fundador de la ciudad, hizo entre sus acompañantes. Esta zona correspondió a Rodrigo Ortiz de Zárate.
Desde 1822, la zona tiene el primer cementerio público de la ciudad. Es que antes, eran administrados por la iglesia católica. Y hoy podemos ver mausoleos inspirados en otros existentes en Europa. Obedecen a la tendencia renacentista a suponer que la gloria terrenal que una persona pueda obtener, se continuaba en la eternidad.
Allí se encuentran las tumbas de los proceres que fundaron la argentinidad misma. Además de algunas figuras como Eva Perón, Raúl Alfonsín o Juan Manuel de Rosas. Es el gran panteón argentino por excelencia, declarado monumento histórico nacional. Se lo considera y uno de los tres cementerios más importantes del mundo. Los otros dos son el Pere Lachaise de París y el de Staglieno, en Génova.
De modo que si estando en Buenos Aires te quieren llevar al cementerio, no te asustes y ve tranquilo y confiado. De seguro están hablando del de Recoleta, y harás una fascinante incursión a un pasado glorioso.